Durante una visita a un museo, en Praga, Ana ve su pasado reflejado
en un cuadro. Un retrato que le recuerda a Eleonora, una persona a la
que desearía haber olvidado. La única noche en que las dos se encontraron,
siendo adolescentes, cometieron un crimen que escandalizó a
todo Brasil: prendieron fuego a unos cartones bajos los cuales dormía
un indígena.
Deshielo narra los hábitos de una élite acostumbrada a trasgredir los
límites, pero aborda también el ritual de desafíos propio de las disputas
territoriales entre adolescentes, donde el coraje, el prestigio y la sumisión
definen el lugar de las personas en el grupo. Reflexiona sobre el
proceso de maduración y educación de los jóvenes encarcelados, bajo la
implacable vigilancia de la opinión pública y el estigma perpetuo con el
que carga un criminal.
La novela es también la historia de una amistad improbable y del difícil
retorno a la sociedad.
La autora construye figuras egocéntricas que, según ella, sólo se vuelven capaces
de asumir la otredad, o sea, de reflexionar sobre las vidas que están
fuera de la burbuja en que viven, después de haber sido ostensiblemente
culpadas por la tragedia.
Walter Porto, Folha de S.Paulo
Uno de los esfuerzos más delicados y difíciles en la construcción de una
novela es transitar por tiempos e hilos narrativos sin perder el equilibrio y
avanzando en la trama y en el trabajo de lenguaje.Otro: asegurarse de que
cada voz tenga su tono y sus peculiaridades, evitando uno de los mayores
errores en una ficción, que es la homogeneización de las voces al diluir sus
diferencias en una narrativa artificial y monótona (en los dos sentidos).
En eso y en todo lo demás, Deshielo, nuevo libro de Lucrecia Zappi, sale
bastante airoso, envuelve al lector y supera a su libro anterior, Acre, que ya
era muy bueno.
Julio Pimentel Pinto