Antes que nada, como todas las obras de Caparrós, es, además de sus memorias, un magnífico artefacto literario donde cada palabra cuenta, donde el cómo importa tanto como el qué.
«El escritor de la desmesura, considerado el mejor cronista actual de América Latina, se propone contar su vida y entender cómo se muere. Cómo tenerle lástima a Caparrós: vive para escribir y ha escrito la obra de su vida. Antes que nada, después de todo».
Paco Cerdà, Babelia
Martín Caparrós es uno de los grandes escritores de su generación, maestro del periodismo y de la novela y de esa cruza de ambos que es la crónica. Nómada, polemista, curioso impenitente, ha recorrido el mundo y conocido a muchos de sus habitantes ricos y poderosos, y a muchos más pobres y anónimos. Estas fascinantes memorias cuentan esa vida –militancias y exilios, selvas y redacciones, amores y derrotas– y, al mismo tiempo, sesenta años de historia de Occidente: Caparrós puede pasar de la residencia de Perón en Madrid a la choza de Saratou en Níger y al primer McDonald’s en los últimos días de la Unión Soviética, puede descollar por accidente en la radio argentina o dar cuenta del problema del hambre en una obra fundamental, puede escribir biografías en verso, componer novelas interactivas o renunciar al New York Times por la censura.
La crítica ha dicho:
«Son imprescindibles como lo que son: historia del periodismo».
Marta Nebot, Público
«En sus memorias, la vida se contrapuntea con la enfermedad, en un texto entre la poesía, el ensayo y el dietario, con algo de ironía, pero sobrecargada de tristeza».
Jorge Carrión, La Vanguardia
«Un escritor enfermo. Un enfermo de la escritura. La enfermedad de escribir. Escribir en la enfermedad. La imagen de alguien que, cada mañana, trabaja para sacarse la silla de ruedas de la cabeza y ponérsela debajo del culo».
Pedro Simón, El Mundo