Nublao de tiniebla y pedernal, un

Los recuerdos perdidos del abuelo son el punto de partida de esta magistral novela de Miguel Ángel González. Primero el olvido de cosas pequeñas: el programa televisivo de un mago manco que encontraba los cuatro ases sirviéndose tan sólo de su mano izquierda, las timbas clandestinas celebradas en el taller de costura de la abuela, los polvorones que casi asfixian al cuñado? y al fin los vaivenes de una familia entera que parece sacada más bien de la chistera del mago. Pero ¿a dónde van los recuerdos que se olvidan? A partir de esta premisa Miguel Ángel González reconstruye un universo familiar al ritmo casi de una copla, con un estilo propio y gran pulso literario. Una novela entrañable, trágica y divertida a partes iguales, donde una vez más su autor «aborda con lirismo seco aspectos sórdidos y banales de la vida cotidiana; los señala, sin patetismo, y con una habilidad en el uso de la digresión que rompe el esquema previsible para que el texto se cargue con una energía nueva» (Carlos Pardo). «La literatura de Miguel Ángel González tiene la intensidad del cuento y la complejidad de la novela» (Luis Landero